Os tengo que decir, que hace ya un tiempo, fui árbitro de fútbol. Y no hace mucho de esto. Tenía 34 años. Aprobé el examen pertinente, y durante un tiempo arbitré partidos de “infantiles”. Mi objetivo era no usar métodos sancionadores (sacar tarjetas) a los menores, sino que ellos mismos supiesen mediante el diálogo gestionar pequeños conflictos ocurridos durante el partido. Mi experiencia en el mundo del arbitraje fue corta (12 partidos). Con los menores no tuve ningún problema, pero no controlé una variable: el entorno. Recuerdo que los padres me decían de todo menos bonito.
En los equipos deportivos infantiles, se han de trabajar muchísimos aspectos o competencias (gestión de las emociones y de conflictos, liderazgo, cohesión,…) que pueden facilitar que en el futuro, estos chavales sepan integrarse en un equipo, en un departamento o en una organización. Es la cantera para que el día de mañana, puedan tener esas habilidades emocionales necesarias, que muchos adultos no tienen ni por asomo, y tienen como misión dirigir a equipos de personas.
Pero ocurre, que muchos clubs lo son sin tener una política clara de qué es lo que quieren ser y qué es lo que pretenden con la formación de un equipo deportivo de base. En definitiva, sería saber cuáles son los valores que nos mueven y por los que merece realizar un esfuerzo para que el club exista. Quizás esto significa tener “un código disciplinario”, para todas las personas que forman el club. Y en este caso, no me refiero sólo al equipo técnico y a los menores, que son más moldeables, sino también a esos padres frustrados, que proyectan en sus hijos aquello que no pudieron ser ellos. La pregunta que se deberían formular estos, sería no tanto porque quieren que sus hijos jueguen, sino ¿para qué?
En los equipos deportivos infantiles, se han de trabajar muchísimos aspectos o competencias (gestión de las emociones y de conflictos, liderazgo, cohesión,…) que pueden facilitar que en el futuro, estos chavales sepan integrarse en un equipo, en un departamento o en una organización. Es la cantera para que el día de mañana, puedan tener esas habilidades emocionales necesarias, que muchos adultos no tienen ni por asomo, y tienen como misión dirigir a equipos de personas.
Pero ocurre, que muchos clubs lo son sin tener una política clara de qué es lo que quieren ser y qué es lo que pretenden con la formación de un equipo deportivo de base. En definitiva, sería saber cuáles son los valores que nos mueven y por los que merece realizar un esfuerzo para que el club exista. Quizás esto significa tener “un código disciplinario”, para todas las personas que forman el club. Y en este caso, no me refiero sólo al equipo técnico y a los menores, que son más moldeables, sino también a esos padres frustrados, que proyectan en sus hijos aquello que no pudieron ser ellos. La pregunta que se deberían formular estos, sería no tanto porque quieren que sus hijos jueguen, sino ¿para qué?
Flaco favor les hacen estos padres a los hijos, y flaco favor le hacen al club, si éste no tiene claro, insisto, su misión (¡para qué estoy aquí!). Mucho tienen que trabajar algunos clubs deportivos, para superar aquello del todo vale, aquello de que el fin (ganar) justifica los medios, si el objetivo final es educar.
Me gustaría compartir con vosotr@s un video, que a lo mejor ya habéis visto, y que creo que es ejemplo de buen trabajo, como representación de muchas entidades que sí tienen clara cuál es su misión. ¡Felicidades a todos ellos!
Comentarios 7
Bueno de hecho es una regla constante en la vida de la sociedad. ¿Cuantos sabemos/saben el porqué estamos donde estamos? Y sobre todo, una vez que estamos, cual es nuetro rol/misión?
No solo los equipos de club no tienen claro su misión. Creo que ni siquiera la gran mayoría de las personas, saben cual es su misión personal, cual es el propósito de porque estamos en este planeta llamado tierra, cual es mi aportación a la vida y a la gente.
Muy interesante la reflexión. Y como deportista me englobo en ésto de que el deporte ayuda a mejorar las dinámicas sociales. En mi caso, y en el de otros con una personalidad calmada y tímida como la mía, el deporte ha sacado lo mejor y lo peor de mí, pero lo mejor de todo esto es que todo se resuelve en el campo de juego. Si tienes rabia, enfócala a ganar y/o liderar. Si estás pasivo o cansado enfócalo a hacer equipo ayudando en las jugadas y a tirar de técnica. Si estás equilibrado, la estrategia será tu mejor enfoque.
Quizás la vida sea muy similar, solo que en el campo de juego el objetivo es tan claro que es muy fácil alinearse, mientras que en la vida a veces dudamos del por qué o para qué y nos deprimimos o nos enrabiamos destructivamente. En definitiva, todo son objetivos y el resto son comentarios.
Y al hilo con los dos comentarios, según mi punto de vista, todo es acerca de nuestra misión, pero sin complicarnos mucho la vida. Creo que la máxima es que estamos para servir a los demás simplemente por el hecho de ser humanos, pero si llegamos al punto del por qué estamos en el planeta, de donde venimos o a donde vamos, entramos en el terreno de la filosofía, y este es un terreno muy peligroso, pues nunca responderemos satisfactoriamente una pregunta tan elevada. Para mí es más sencillo pensar: ¿Qué sé hacer bien y aún mejor con un poco de práctica? y ¿Qué me gusta hacer pensando en un periodo de tiempo de menos de 6 meses? La respuesta es tan sencilla y bella por su simplicidad y humildad que la felicidad es máxima.
Molt bona reflexió i molt ben argumentada Carlos. Suposo que hi ha jocs en concret, grups en concret…on aquestes actituds es donen més o es donen menys. Jo, per sort, només he viscut un partit d'aquesta mena on el públic de l'altra equip va començar a picar cadires, xiular…El que em va agradar d'aquesta situació va ser que les nostres nenes de l'equip es guraven mirant el públic desconcertades, perquè no ho enteníen.Senyal que NO els semblava normal aquella actitud. De tota manera les va posar tan nervioses la situació que es van desconcertar molt, però després en vam parlar amb elles i vam poder argumentar la qüestió. Malauradament, a primera divisió les coses son més difícils. Sempre aplaudiré un entrenador holandès que es va negar a fer sortir el seu equip si no es treien unes banderes feixistes i pancartes racistes del públic. No entendré mai perquè segueix jugant un Pepe que ha demostrat ser qui és… Si els ídols (jugadors,públic,àrbitres,entrenadors…) de primera no donen exemple als nens…malament anem…Apa, aquí tens el meu rotllo…és que vas provocant!!!jaja. Una abraçada guapo!
Merci Mercé! L'entrenador holandés era Guss Hiddink al Valencia. Gran tio aquest!!!
Gracias por hacernos reflexionar y por el regalazo del video, que es fantástico… La honestidad nos hace grandes. Sigue provocándonos, por favor…
Gracias Miriam!!