Jugando a etiquetar

carlesmarcos Artículos 6 Comentarios

Os suenan estas palabras: Indefensión aprendida y efecto Pigmalión. La indefensión aprendida se produce cuando una persona aprende a creer que está indefensa y que no puede controlar la situación en la que se encuentra. Esta persona piensa que cualquier cosa que haga no sirve de nada.

El efecto pigmalion es cuando la expectativa de una persona afecta a la de otra. Por ejemplo si una persona le está diciendo continuamente a otra que es torpe, la otra persona termina creyéndoselo y comportándose así.

El fenómeno de indefensión aprendida puede compararse de algún modo con el Efecto Pigmalión, ya que en ambos casos la concepción que tenga de nosotros una persona puede afectarnos para que creamos que no podemos hacer algo que está dentro de nuestro potencial.

Ocurre en las escuelas y también en las organizaciones. Es como, que no damos una segunda oportunidad. Tenemos la mala costumbre de etiquetar a las personas , y ponte luego a quitarte el cartel. Cuando un menor tiene “problemas” de conducta, o va “flojo” con los estudios, nos encargamos el resto de ponerle el «cartelito» y no solo eso, si no que lo compartimos con los demás. Si lo tratas como “tonto” en la interacción con él, pocas posibilidades le quedan de cambiar de etiqueta, a no ser que tenga una gran fuerza de voluntad.

En las organizaciones también ocurre esta situación. Se acusa y se señala en algunas ocasiones a ciertas personas por ejemplo de tener bajo rendimiento. La pregunta correcta se la debería de formular el equipo al que pertenece, y cuestionarse que se ha hecho para que esta persona tenga ese comportamiento. En muchas ocasiones, las causantes son pequeñas cosas que suelen ser emocionales y al no trabajarlas han pasado de ser un granito a una montaña difícil de superar. El líder del equipo tiene mucho que decir, pero suele pasar que esos líderes no se han dedicado nunca a poner las condiciones necesarias para que los «suyos» puedan tener posibilidades de motivarse por lo que hacen, a parte de dedicar todo su tiempo a los objetivos y no tener ni un momento para tratar esos “pequeños” aspectos emocionales que al fin y al cabo, si se tratan bien, son los que producen satisfacción en el ámbito laboral.

La solución en muchas empresas para salvarse del “individuo” de bajo rendimiento es cambiarlo de departamento. ¡Ah! Pero sin olvidarnos de informar al jefe de dicho departamento, del perfil de esa persona nueva en el departamento, es decir, transmitimos todas las “etiquetas” que van adheridas a su persona. En definitiva, no le damos la oportunidad. No nos damos cuenta que a lo mejor funcionó  “mal” en un equipo, pero no significa que funcione igual en otro equipo.

En el centro de menores donde trabajé durante catorce años, ocurría algo parecido. Existían  dos posibilidades cuando ingresaba un menor. La primera era leerme todo el historial que llevaba encima con lo que seguramente mi interacción con él estaría bastante mediatizada, y una segunda posibilidad que era liberarme de prejuicios y empezar de cero y ya tendría tiempo más adelante para mirármelo.

Quiero compartir un vídeo muy interesante que nos habla en este caso sobre la indefensión aprendida. En este vídeo, creo que muestra también la actitud que muchos de nosotros tenemos ante la situación actual que ocurre a nivel global, en la que tenemos esa creencia de no poder hacer absolutamente nada para revertir la situación que nos imponen desde «arriba».

 

Comentarios 6

  1. gracias por el artículo y el vídeo, me han parecido muy buenos y enriquecedores. Tenemos que aprender a no etiquetar tanto y a creer más en nosotros mismos. Un abrazo, Xavi

  2. Buenos días Carlos!

    Me encanta este "experimento"! Yo lo exploto en mis cursos (algo modificado) y el resultado es siempre impresionante.

    Un abrazo (esta vez no te diré "gracias por compartirlo" porque me tendré que buscar un ejercicio nuevo jajajaja) Es broma, claroª!

  3. Molt ben explicat, i com sempre, molt interessant comprobar situacions que tots vivim i que no sempre "reflexionem" sobre els altres i sobre nosaltres mateixos. Una abraçada maco! (jo sempre et dic maco… ara a veure com t'ho "aprens"… je je)

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