¡Estamos viviendo una gran crisis económica! y a nadie se le escapa que todas las empresas lo están sufriendo en mayor o menor medida. ¿Todas? ¡No! ¡Todas no! o eso parece. En el mundo del fútbol, al menos algunos equipos con grandes deudas también, parece que viven ajenos a la crisis. ¿Por qué? Podríamos plantear un buen debate sobre el tema, pero a nadie se le escapa esa idea de mientras que haya fútbol y cotilleo, el pueblo sigue en estado de letargo.
De inmoralidad se podría calificar en la situación actual el fichaje de Gareth Bale por 91 millones de euros por el Real Madrid o también el de Neymar por el Barça por 57 millones, por poner un ejemplo. Aún así, no dudo, que estamos dentro de ese capitalismo exacerbado en el que seguro que al final obtendrán beneficios superiores al coste.
En estos fichajes, la duda está también en eso de «bueno, barato y bonito». Bueno (¡Están por ver dentro del equipo!), barato (¡sin comentarios!) y bonito (¡Bonitos, parece que si!). Sin duda, que buenos lo son, pero otra cosa muy distinta será como se acoplan dentro del equipo. Parece que la moda es fichar a la persona y luego ya veremos como lo encajamos dentro del equipo. ¿Os imagináis a una organización que contrata a una persona de renombre para ocupar un puesto cuando todos lo puestos están perfectamente ocupados? o al revés ¿Os imagináis a esa empresa que por reducción de costes echa a esa persona válida en un puesto y no lo cubre? Sí, creo que si nos lo podemos imaginar, porque lastimosamente son situaciones que también ocurren en el resto de las organizaciones. ¡Luego ya nos inventaremos un puesto para esa persona nueva, pero primero la contratamos!.
Comparto un artículo del periodista Màrius Carol titulado Pequeñas inmoralidades publicado hace unos días en La Vanguardia y que habla sobre el tema.
«El mejor momento deportivo de este verano lo protagonizó Carlo Ancelotti después que Gerardo Martino comentara que los números que se barajaban para el fichaje de Gareth Bale le parecían una falta de respeto para el mundo en general. Ancelotti respondió: «Él todavía no comprende cómo funciona el fútbol en Europa». A mi la respuesta del entrenador italiano me ha recordado lo que dijo hace dos meses desde su celda Bernard Madoff, otrora prestigioso financiero y hoy condenado por estafar 50.000 millones de dólares: «Algunos aún desconocen como funciona el mundo de las finanzas». En su caso añadió sin sonrojo: «Desde el principio de los tiempos se ha estafado a los inversores.»
El fútbol, como las finanzas, resulta un caso aparte. El patrón de medir inmoralidades es distinto cuando se trata de mesurar los salarios de algunos futbolistas o las ganancias de algunos másters del universo financiero. El monto de los fichajes se ha disparado de un tiempo a esta parte por la irrupción de clubs adquiridos por millonarios rusos y árabes que ven este deporte como un elemento de reconocimiento público y presencia internacional. Igualmente, el dineral que las televisiones todavía pagan por las retransmisiones ha ampliado la caja de otras entidades con más historia y abolengo. Cualquier día la burbuja del fútbol puede estallar porque el modelo difícilmente será sostenible durante mucho más tiempo.
Sin embargo, no deja de ser curioso que el club de fútbol que copa el podio de los fichajes más caros de la historia sea el Real Madrid. La entidad blanca ha pagado 75 millones por Zinedine Zidane, 96 por Cristiano Ronaldo y 101 por Gareth Bale. En quinto lugar de la lista aparece Kaká, un futbolista que era enviado de vuelta al Milan al mismo tiempo que se presentaba al futbolista del Tottenham. Casi peor que pagar 101 millones por Bale sea regalar a Kaká, que costó 65 en el 2009. Por cierto, otro de los grandes fiascos lo protagonizó el FC Barcelona con la compra de Ibrahimovic por 71 millones en el mismo año y su venta al Inter en el siguiente por sólo 24.
Nadie duda que Bale sea un buen futbolista, pero pocos son los que entienden la obsesión de Florentino Pérez por incorporarlo con el dudoso honor de pasar a la historia por haber conseguido el fichaje más caro de todos los tiempos. Personas cercanas aseguran que no soportó ver cómo se le escapaba Neymar al Barça, pero pagar cien millones por lo que hubiera podido solucionar con quince céntimos (lo que cuesta una píldora de Trankimazin) parece exagerado.
En el mundo del fútbol se habla de valores, pero lo cierto es que el término empieza a sonar a retórica. No todos los clubs son iguales, como no lo son todos los países, pero, ciertamente, o los grandes ponen cordura o acabará siendo un deporte donde los niños deberán tener terminantemente prohibida la entrada.
Los clubs españoles tienen unas deudas que asustan, más allá que unos dispongan de crédito (de momento) y otros no. Y el país ha descubierto que lo que cuesta Bale es, por ejemplo, el dinero que necesita el Centro Superior de Investigaciones Científicas para cubrir su déficit, y que obligará a nuevos recortes en el mayor organismo que investiga en este país. Puede que alguien diga que el argumento es demagógico y que un club de fútbol que es de unos socios puede hacer de su dinero lo que quiera. Y el razonamiento será impecable, pero eso no significa que en un país como el nuestro, donde la crisis está haciendo que incluso los poderosos sean cada vez más discretos, sea de recibo semejante dispendio por un galés sin currículo. Martino no quería ofender a nadie con su advertencia, lo que realmente ofende es la alegría con que se pueden firmar talones de nueve dígitos.»
Coincido totalmente con Màrius Carol, y es que, como decía el personaje de cómic de Ivá, Makinavaja: “En este mundo podrido y sin ética, a las personas sensibles sólo nos queda la estética”.
Palabra de futbolero.
Comentarios 1
El fútbol, como las finanzas, resulta un caso aparte.
el fichaje de Gareth Bale por 91 millones de euros por el Real Madrid;
Neymar por el Barça por 57 millones;
La entidad blanca ha pagado 75 millones por Zinedine Zidane, 96 por Cristiano Ronaldo y 101 por Gareth Bale.
En quinto lugar de la lista aparece Kaká, un futbolista que era enviado de vuelta al Milan al mismo tiempo que se presentaba al futbolista del Tottenham. Casi peor que pagar 101 millones por Bale sea regalar a Kaká, que costó 65 en el 2009.
Por cierto, otro de los grandes fiascos lo protagonizó el FC Barcelona con la compra de Ibrahimovic por 71 millones en el mismo año y su venta al Inter en el siguiente por sólo 24.—-Estos datos AR cada terrible!
Demasiado caro!!!