Nos tocan vivir fechas en las que los niños y niñas sobre todo, las viven con mucha ilusión. Es época de jugar con los regalos que nos traen los reyes magos. En un post anterior, ¡Reyes magos! El valor de educar, ya hablábamos de ser comedidos con los regalos. ¡Ya sabéis! comentábamos que no teníamos que caer en el error de regalar muchas cosas pensando que así estarán más content@s.
Algunas veces, las pequeñas cosas que llevan consigo intenciones pedagógicas funcionan muy bien y son valoradas por los menores en gran medida. Siempre se puede recurrir a la lectura de libros o películas que puedan aportar algún valor interesante en su crecimiento. Quiero compartir un extracto de una entrada del blog de Idaccion (entrepeneuring people) dedicado al mundo emprendedor en el que se hace un recopilatorio de dibujos animados «emprendedores» y conceptos o características interesantes que nos pueden aportar cada uno.
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Tío Gilito – Visión
De todos los personajes de los dibujos animados, el Gilito McPato (Scrooge McDuck en su versión original, o Rico McPato en Latinoamérica) es de los primeros que nos viene a la cabeza. De hecho, encabeza la famosa lista de Forbes de los más ricos del mundo, aunque, evidentemente, a lo que personajes de ficción se refiere. De él podemos aprender su visión, al invertir y buscar oportunidades en cualquier circunstancia. Eso sí, esta obsesión con el dinero (siempre contando monedas) a veces le distraía de su objetivo emprendedor.
Los tres Mosqueperros – Trabajo en equipo
“Uno para todos y todos para uno”. ¿Hay mejor lema para motivar al trabajo en equipo que el que acuñaban estos peculiares mosqueteros de Alexandre Dumas en versión canina? D’Artacán se llevaba la fama (y la chica), pero detrás había el trabajo de sus fieles espadachines, Amis, Dogos y Pontos. Del mismo modo que D’Artacán no hubiera salido victorioso en la ardua empresa contra el cardenal Richelieu sin la ayuda de sus camaradas, un emprendedor difícilmente puede alcanzar sus objetivos empresariales sin un equipo que lo complemente.
Los Dalton – Perseverancia
Eran cuatro hermanos, aunque no siempre bien avenidos, que nunca cesaban en su empeño para atracar bancos. De acuerdo, lo de delinquir no lo tomamos como ejemplo, pero, ¿qué nos decís de la perseverancia y el empeño que ponían en todas y cada una de sus acciones? En cierto modo y en su ámbito profesional (si los ladrones de bancos pueden considerarse gremio), los Dalton eran unos auténticos emprendedores: siempre pensando fórmulas y nunca dándose por vencidos. De no haber tenido enfrente a Lucky Luke, seguro que hubieran cumplido su sueño emprendedor.
Robin Hood – Emprendedor Social
De unos ladrones de bancos, a un ladrón social (aunque Robin Hood se hizo famoso por “robar a los ricos para dárselo a los pobres”, le seguían conociendo como “Robin de los bosques” y no como “Robin, el generoso”…). Que conste en acta que desde IDaccion no estamos a favor del hurto como herramienta para hacer frente a la desigualdad económica, pero sí de los que emprenden, no por su beneficio propio sino buscando el del conjunto.
Mufasa – Liderazgo
Ser rey puede parecer un cargo fácil, excepto cuando se ejerce con responsabilidad. Delegando (Zazú se encargaba de vigilar el reino desde las alturas), detectando los límites de su empresa (¿quién no recuerda su discurso mítico sobre el liderazgo: “Todo lo que baña la luz es nuestro… excepto este lugar oscuro, que va más allá de nuestro reino”?), y ejemplo constante para sus compañeros (siempre liderando las cacerías para mantener el orden y el equilibrio de la selva), Mufasa nos da una lección sobre lo que significa liderar.
Doraemon – Innovación
Ojalá emprender fuera tan fácil como sacar un gorrocoptero del bolsillo mágico… Pero no se le puede reprochar a Doraemon que no usase su imaginación a la hora de intentar resolver las meteduras de pata de Nobita. Y es que, más allá de los locos inventos del gato cósmico, Doraemon era ante todo un innovador, pensando en cómo cumplir con sus objetivos utilizando lo que para él eran herramientas cotidianas. Y esto es lo que podemos aprender de robot gatuno: perder el miedo al intentar resolver los problemas de una manera diferente.
Las 3 mellizas – Imaginación
Ante problemas previsibles, soluciones imaginativas, porque de igual manera que cuando nos afrontamos a un reto debemos recorrer a la creatividad, también lo hacían Ana, Elena y Teresa cuando eran castigadas por la Bruja Aburrida y eran enviadas a un cuento del que no podían volver hasta llegar al final. Determinación, espíritu aventurero e imaginación a caudales para dar a tu negocio las herramientas para funcionar.
Oliver Atom – Superación
Si los inventos de Doraemon son inverosímiles, más lo eran los campos de fútbol que aparecían en los capítulos de Super Campeones. Dejando las inexactitudes científicas a un lado, Oliver Atom, el protagonista de esta mítica serie que introdujo en masa la pasión por el fútbol en Japón, encarnaba como nadie el espíritu de superación que un emprendedor debe aplicar en su negocio: nunca rendirse, nunca permanecer caído, nunca dejar de correr.
Daniel el Travieso – Osadía
Se dice que el personaje de Daniel el Travieso se inspiraba en el hijo del autor. Porque más que travieso, Daniel era un niño, y como todos los niños, hacía travesuras. Cierto que a veces la tomaba con el señor Wilson, pero era esta osadía tan natural de los niños lo que nos recuerda como un emprendedor debe entender los negocios: ilusión, determinación y un poco de insensatez.
Mortadelo – Adaptación
De acuerdo, Mortadelo y Filemón nacen como personajes de cómic y, más que en esta lista, quizás deberían formar parte de nuestra selección de superhéroes emprendedores. Sea como fuera, Mortadelo es el personaje más camaleónicoque nos ha dado la ficción nacional, en cualquiera de sus géneros, y merece una mención por su capacidad de adaptación ante cualquier situación. Porque un emprendedor también debe saber “disfrazarse” según requieran las circunstancias.
Maya – Atrevimiento
Las abejas son un muy buen ejemplo de emprendimiento, pero en el caso de Maya más aún. Preguntona, aventurera e inquieta, no se conformaba nunca con un no como respuesta. Hay que tener en cuenta además que Maya se tenía que desenvolver en medio de un entorno muy parecido al que se encuentra un emprendedor cuando sale de su peculiar colmena: sólo fracasa el que no lo intenta, y, como Maya, un emprendedor no debe tener miedo de volar…»
¡Deseo que los Reyes Magos os traigan aquellas cosas que deseáis!
¡Feliz año a tod@s!