Vamos por la vida fustigándonos con pensamientos que en muchas ocasiones nos impiden avanzar. Ya sabéis que se tratan de esas creencias que nos “creímos” y que conviven con nosotros. Algunas de esas creencias universales que en algunos casos nos hacen mucho mal son esas de que hay que ser perfecto o la de que hay que ser fuerte, y por tanto cuando algo nos sale no muy de nuestro gusto, tendemos a maltratarnos y a decirnos eso de “debería de hacer» o «no debería haber hecho esto». Debemos ser más cuidadosos, o mejor dicho, ¡perdón, perdón! podríamos ser más cuidadosos. Y es que esos pensamientos del «debo» se convierten en impedimentos para cambiar algún comportamiento o un hábito indeseable, simplemente porque nos deja residuos de emociones o sentimientos desagradables si no logro cambiarlo.
No podemos vivir con ese pensamiento rumiante que nos dice lo que debo hacer continuamente. Quizás es bueno, dejarse llevar y cambiar lo que debemos hacer por lo que podemos hacer. Desde esta nueva perspectiva se nos abre un abanico de posibilidades más amplio sin que haya implícito la obligación. El «podríamos» nos dice que lo podemos hacer sin fustigarse por si no sale el resultado que queremos. Es ese ensayo error al que no estamos acostumbrados. Sin duda es la única manera de poder producir un cambio. ¿Dónde estoy?, ¿Qué es lo que siento y qué es lo que pienso?. Esos son los primeros pasos y a partir de ahí y olvidándose de lo que siempre hiciste en ocasiones parecidas, ponte a hacer un análisis objetivo y realista de posibilidades que pueden llevar al cambio. Al fin y al cabo el «yo puedo” te dará la capacidad para realizar algo, te guiará a la acción, te hará libre…y en cambio, el deber te paralizará al ser esa obligación que nos aprisiona.
Al revés, también pasa. ¿Cuántas veces nos encontramos con cosas que no hacemos, no porque no podamos, sino porque creemos que no debemos? Los conceptos del bien y del mal los tenemos muy arraigados en nosotros mismos, vienen en muchos casos de ese yo padre, del que habla el análisis transaccional, en el que elementos culturales, pautas sociales, morales y religiosas y las reglas de convivencia que hemos mamado en la infancia, las acatamos y las aceptamos como propias, sin discusión, sin llevarlo al pensamiento y razonamiento lógico y sin experimentarlo. Son esos “no debo hacer…» «no debo pensar…» o «no debo sentir…».
Estaréis conmigo que ese cambio de pensamiento depende de nosotros…¿Nos ponemos?…
¡Os paso un vídeo de esos donde el se puede se impone al se debe!
¡Os deseo un feliz día! ¡Nos vemos en facebook, Twitter o en Linkedin…!!! ¡Y si queréis compartir, yo agradecido!
Comentarios 2
Que ganas tenía ya de leerte company!
Buena reflexión. Tendríamos que hablarnos con más respeto, perdonándonos si las cosas no salen del todo bien. Automotivándonos y sin castigarnos. El camino no es fácil, pero compensa.