Parece que todo en la vida ha de tener un nombre y de ahí, esa manía de etiquetar a las personas. Así de esta manera lo clasificamos o catalogamos en alguna categoría para que nuestra cabecita no le de muchas vueltas. ¡No sea que estallemos! Es una “gran” manera de simplificar las cosas. «Este es Tal o este es Pascual», y así nos quedamos tan anchos. ¡Ay! Y es que parece que necesitamos comprender todo desde la puñetera razón para poder explicarlo. Bon dia tingueu!!!
“Le pregunté a la cebra,
¿Eres negra con rayas blancas?
¿O blanca con rayas negras?
Y la cebra me contestó,
¿Eres bueno y a veces te portas mal?
¿O malo y a veces te portas bien?
¿Eres ruidoso con momentos de silencio?
¿O silencioso con momentos ruidosos?
¿Eres alegre con algunos días tristes?
¿O triste con algunos días alegres?
¿Eres ordenado con algunos descuidos?
¿O desordenado con alguna organización?
Y así siguió y siguió una y otra vez.
No vuelvo a preguntarle a una cebra sobre sus rayas nunca” Sheldon Allan Silverstein
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