Siempre he pensado que la idea de competir es buena, pero no desde ese punto de salir victorioso uno y derrotado el otro, sino aquella idea de competir contigo mismo. ¡Ahí nadie pierde….sólo toca ganar o aprender! Tenemos la mala costumbre de competir con los demás y no con nosotros mismos y ocurre en nuestra vida cotidiana y en todos los ámbitos que te quieras plantear y creando ambientes desagradables de llevar.
Competir es superarse y evolucionar hacia la excelencia y sentirse contento de uno mismo y no quedarse atrapado en la búsqueda de la fascinación de los demás, y es que vivimos en una sociedad donde ya desde bien pequeñito inconscientemente se reciben mensajes que te empujan hacia esa competitividad enfermiza donde la comparativa es protagonista en lugar de la lucha por ser mejor con uno mismo en todas las facetas de la vida.
Sin duda, en lugar de la búsqueda del deslumbrar, se debería buscar el propio reconocimiento…, antes de obcecarse en el objetivo final, se debería disfrutar del camino y en lo que te llena…, y en lugar de competir con los demás y ya de paso envidiar, en los momentos más patológicos, simplemente se debería admirar que es lo que toca y saber que se puede aprender del otro. ¡En fin, mirarnos más en el espejo, esa es nuestra competencia! Bon dia tingueu!!!
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