Siempre se ha dicho aquello de los niños son como esponjas, y es cierto. Los niñ@s desde bien pequeños aprenden mucho a través del espejo que les ponemos, tanto de lo bueno como de lo malo. A nadie se le escapa que con los chavales deberíamos de ir con especial cuidado para que no adquieran “esos” comportamientos que luego desarrollan y que nos hace preguntar aquello típico de «¡…pero si yo no le he enseñado eso nunca…!».
¿Y los adultos…? ¡Los adultos también!. Cuántas veces hemos visto aquel “subordinado” harto de su jefe cabrón, y cuando después de varios años le sustituye en el mando…¡curioso!, ¡este también es un cabrón!. Y es que imitamos lo que vemos, y difícilmente luego somos capaces de cambiar esas creencias adquiridas a través de la observación, a no ser que elevemos de lo inconsciente a lo consciente, y ahí está la clave, lo que hacemos en el día a día producto de imitaciones de otr@s y lo cuestionemos seriamente, porque no lo queremos para nosotros.
¡Ay! El gran Jimmy Hendrix decía que hay personas que me imitan muy bien, de hecho copian hasta mis errores en la guitarra. Bon dia tingueu!!! www.carlesmarcos.com
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